El trabajo asignado de re diseñar una sala de jugos para niñas me generó una movilización personal, dada la realidad con la que nos encontramos en dicho hogar: carencias afectivas, edilicias y otras necesidades que ni podíamos llegar a imaginar, ni imaginamos. Se tiende a naturalizar a la infancia como una etapa feliz, niños rodeados de afectos y juguetes,la realidad es muy diferente en este lugar, esto nos llevó a pensar el trabajo no como un trabajo mas sino como un trabajo con un compromiso social, como una devolución de lo que tendría que estar asegurado.
El trabajo en grupo presentó dificultades al momento de interpretar las necesidades de las niñas, porque estas se desdibujaban por las necesidades propias, fue necesario un análisis y estudios sobre el tema para poder abordar de forma mas objetiva las necesidades de las chicas. De ahí en mas las cosas fluctuaron a mi entender por un mismo camino, el de entender que el juego es una actividad mental y que se puede dar sin un juguete, solo es necesario la imaginación. "En el mundo del niño las cosas existen, se transforman y se desvanecen con el solo hecho de pensarlo".
Mas allá de la interpretación personal de cada uno de los profesionales que colaboraron con el análisis y el estudio de la problemática en cuestión, creo que todos nos dimos cuenta y aprendimos a re valorar nuestro pensamiento objetivo, que adquirimos el conocimiento necesario para poder tomar las decisiones apropiadas para cada diseño de mobiliario y juego. Indudablemente el proceso de investigación fue fundamental para llegar a buen puerto con cada decisión, en lo personal estoy muy contento con lo logrado hasta el momento y espero que la materialización de este proyecto se aún mejor.
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